martes, 16 de enero de 2018

Colombarios en la Basílica Menor de San Juan



Hay temas que para muchos son una especie de tabú, un misterio hosco y sombrío sobre el que no resulta demasiado atractivo indagar, quizás por temor a que la tenebrosidad del aura que lo representa los envuelva, y los proyecte tanto como para hacerlos formar parte de él.

La muerte es uno de ellos.  

No creo que nadie esté preparado para ella, y mucho menos que la desee, pero lo que sí es verdad es que hay diferentes maneras de afrontarla, de hablar de ella, de establecer referencias o sobrellevarla, y que hay quienes la convierten en una excusa para la creación, para el arte, y saben rodearla de marcos maravillosos.




Tal es el caso de los mil quinientos columbarios ubicados como joyas esparcidas en el interior de la magnífica Basílica Menor de San Juan, en el centro de la ciudad de Oviedo; un templo neorrománico de gran belleza artística, construido entre los años 1912 y 1915.

Poco conocía yo de este asombroso templo, hasta que el diseñador y artesano, Carlos García Ángeles, ante la visión de estos nichos transmutados en elementos decorativos de lujo, mimetizados con vitrales de estilo gótico, columnas y esculturas, me recordó durante su visita, y me envió estas fotos, seguro de que yo sabría apreciarlas.
Sin duda alguna las he apreciado mucho, querido amigo, halagada por tu evocación y agradecida de que compartieras estas exquisitas imágenes conmigo, tan llenas de historia como de cariño, que nos han valido esta ráfaga de curiosidad hacia este sitio extraordinario, al amparo de los fascinantes escenarios que exhibe el norte de España, a través de una de sus riquezas patrimoniales en el Principado de Asturias.

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