
La Torre Salvana o Castillo del Infierno, como se la conoce, ubicada a las afueras de la población de Santa Coloma de Cervelló (Bajo Llobregat, Barcelona), a la entrada de la Colonia Güell, es una fortificación del siglo X de estilo románico, con una característica torre de defensa.
Es
reconocida como uno de los lugares más
encantados de Cataluña, de culto y obligada visita para los amantes de los
misterios paranormales, como es mi caso.
Sin
embargo, una vez más, no son muchas las experiencias paranormales vividas allí,
los relatos son pocos pero han ayudado a extender su fama de lugar siniestro, avasallado
por las venganzas de presencias espectrales, perfumado de un extraño aroma a
vacío y vestido con las sombras que caen como gotas de barro sobre su
estructura silente.
Aunque,
como suele ocurrir, ese temor a recorrerlo podría estar cimentado en su imagen,
vencida al deterioro natural del paso de los siglos, y en las historias de
batallas y muertes que albergan sus paredes destruidas, en el sigilo de la
soledad y del abandono.

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